A 64 kilómetros de la Capital, San Vicente es un destino turístico bonaerense poco
conocido, con un atractivo muy especial: el Museo Histórico 17 de Octubre o
Quinta San Vicente, como se llama a las 18 hectáreas donde Juan Domingo Perón
solía pasar los fines de semana junto a Eva Duarte, desde 1946 -cuando la
compró al coronel Domingo Mercante- hasta 1955, año que fue requisada por la
Revolución Libertadora y disperso su mobiliario.
"Existe una carta que Perón envió desde su exilio de España donde pregunta por San Vicente, si
continúa manteniendo su calma y tranquilidad, y como un testamento en vida, le
dice que el día de mañana, quiere que sus restos descansen allí", dice Roberto Fernández Meire, director de despacho de la Municipalidad de San Vicente.
El complejo habitacional, declarado de Interés Turístico Nacional, se compone de la casa
principal -un chalet de la década del 40, con tejas coloniales y el frente de
piedra Mar del Plata-, la pileta, una caballeriza y un edificio donde estaba el
baño sauna; el Torreón, donde Perón tenía equipos de transmisión y grababa sus
discursos para la radio, y otras dependencias para huéspedes y personal de
servicio.
Posteriormente se trasladó uno de los trenes presidenciales y tres esculturas de mármol de Carrara de 35.000 kilos solicitadas por el ex primer mandatario en 1953 al escultor
italiano Leone Tomassi, que fueron rescatadas del Riachuelo en 1992.
"El parque reúne más de 80 especies de árboles, muchas plantadas por ellos. El favorito de Perón
era un alcanforero. El descansaba y leía mucho ahí. Se dice que la Constitución
de 1949 fue redactada y punteada por el ex presidente en la soledad de esta
quinta", dijo María Lorena Bondaruk, guía del museo.
Hay un edificio de exposición inaugurado en 2002, que reúne una muestra curada por Inés
Urdapilleta sobre la gestión de gobierno de 1945 a 1955. El montaje se basa en
los tres pilares del justicialismo: independencia económica, soberanía política
y justicia social.
Aquí impactan las gigantografías, como la del camión que llega por Avenida de Mayo desbordado de
obreros o el famoso abrazo entre Perón y Evita del último 17 de octubre, cuando
la esposa del presidente ya estaba enferma y se dirigía al pueblo por última
vez.
"Al principio, sus venidas a San Vicente fueron más frecuentes, hasta que Evita se enfermó.
Nosotros éramos chicos y sabíamos que ellos estaban porque venían con su
custodia -relata Dora Rodríguez, directora del Museo Histórico-. En el Club
Social hay un acta donde se narra el día en que Perón se escapó de la quinta
con su moto para comprar el diario en Alejandro Korn. Cuando le pidió el diario
al canillita, éste se llevó la sorpresa de su vida. También sabemos que Perón
se iba a caballo con Evita por la laguna de San Vicente, y se paseaba por el pueblo
como si tal cosa."
Cuando volvió en 1973, la quinta le fue restituida junto con el resto de sus bienes. Y en 1980 sirvió
como prisión domiciliaria de la presidenta destituida, María Estela Martínez.
Muchos recuerdan el día en que se fue en helicóptero, y un vecino la despidió
con un acordeón tocando la Marcha peronista .
La historia, la laguna, la bonomía de su gente, la seguridad y la tranquilidad, sumados al buen
acceso son el valor agregado que hacen de San Vicente un destino turístico en
crecimiento.”